Mesopotamia


En sus fértiles valles se desarrollan los primeros vestigios de vida socialmente organizada. Antiguamente se pensaba, no sin cierta ingenuidad, que el paraíso terrenal que relata la Biblia solo pudo haberse encontrado en este lugar.

Mesopotamia es una región situada en el Asia menor, entre los ríos Tigris y Éufrates. Es un terreno llano y arenoso, excepto el norte, que es montañoso.

Unos 6.000 años antes de Cristo floreció allí la civilización sumeria y sobre el año 4.000 antes de Cristo nacieron las grandes ciudades, con calles, red de suministro de aguas y red de alcantarillado para evacuar las aguas residuales.

Los sumerios fueron los inventores de la escritura y desarrollaron el derecho. Destacaron especialmente en la astronomía y las matemáticas.

Poseían sistemas de riego y de transporte de agua para la agricultura y la ganadería. Establecieron también un calendario, similar al actual.

Unos 2.000 años antes de Cristo se extinguió la civilización sumeria y Mesopotamia se dividió en dos grandes culturas: los asirios en el norte y los babilonios en el sur.

Los cuidados del cuerpo

Los sumerios eran un pueblo muy meticuloso con el aseo personal. Llevaban la cabeza rapada, así como la barba y el bigote, para evitar infecciones. Las casas disponían de baños y albañales o depósitos de inmundicias. Para el cuidado corporal utilizaban zumos de plantas y frutas, y aceites macerados con flores o hierbas olorosas. La calidad de estos productos cosméticos les permitía comerciar con ellos, vendiéndolos a otros pueblos.

El código de Hammurabi

En este código, establecido por Hammurabi, uno de los reyes mas importantes de Mesopotamia, se exponían las normas que debían seguir los sacerdotes para aplicar la ley y ejercer la medicina.

En el código se reseñan mas de 250 plantas curativas, entre ellas las siguientes: ajo, cebolla, azafrán, beleño, regaliz, menta, sen, adormidera, belladona, mandrágora, cáñamo, tomillo y mirra.

El vestido

Los sumerios usaban como vestido una falda de piel de oveja en invierno y en verano iban casi desnudos. Solo los sacerdotes usaban trajes de fino algodón en verano y de lana en invierno.

En Asiria y Babilonia el traje ya ha evolucionado. Las mujeres usaban vestidos largos de algodón en verano y de lana en invierno.

Los cuidados estéticos

Como en otras culturas, en esta época la medicina, la cosmética y los cuidados estéticos del cuerpo estaban estrechamente unidos.

Sin embargo, las mujeres descubrieron que la cosmética, además de cuidar el cuerpo, podía ser creadora de belleza y se comenzó a utilizar como arma de seducción.

Quien mejor supo usar estas cualidades de la cosmética fue Semíramis, que vivió hacia el año 1000 antes de Cristo. Las crónicas dicen que fue una mujer hermosa, fuerte, inteligente y ambiciosa. Casada con un soldado del ejercito real, aspiraba a ser algún día reina. Gracias a sus atractivos personales y a los cuidados que dispensaba a su cuerpo, sedujo al rey de Asiria, Nino, y consiguió ser su esposa. Poco después lo mandó asesinar y se quedó como dueña absoluta del imperio, reinando durante 42 años. Dicen que siempre fue tan hermosa y ambiciosa como el primer día.

El peinado asirio y persa

A diferencia de los sumerios, que se rapaban totalmente la cabeza, asirios y persas consideraban el cabello y la barba un signo de dignidad.

Los asirios llevaban el pelo largo, partido con raya en el medio de la frente y hacia atrás, de tal manera que el cabello caía sobre los hombros como una masa de bucles extendidos en forma de abanico. Las mujeres lo sujetaban con diademas de oro y lo decoraban con flores. Los reyes se distinguían por llevar unos gorros altos llamados tiaras, de los que colgaban dos cintas y cuya representación tenia un carácter divino.

Los persas se ensortijaban el cabello y lo cubrían con una toca a modo de gorra en la parte mas alta de la cabeza, aunque también es posible que utilizaran pelucas con las puntas rizadas. El denominador común de persas y asirios era dejarse crecer abundantemente el pelo y llevarlo acaracolado y trenzado en la espalda. No obstante, la historia nos muestra con cierta crueldad como a veces este peinado no daba muy buenos resultados. Este es el caso de Absalón, hijo de David, rey de los judíos, que, huyendo de sus perseguidores, se enredó de tal manera con sus trenzas en las ramas de un árbol que no pudo soltarse; quedó atrapado y murió a manos de sus enemigos.

Texto integro de la fuente: Curso de Peluquería y Estética Profesional de RBA Editores

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